Ya pasó una semana. Eran las 6 de la mañana y tu papá dormía al lado mío y de golpe, estallé en llanto. Jamás pensé que podría sentir tanto tanto amor. Y es que acostada boca arriba y acariciándome el ombligo, un pececito se movió adentro mío. Fueron dos veces: "plac, plac!!!". Supe que eras vos de inmediato.
Tu papá, pobre santo, se despertó para secarme las lágrimas y llenarme la panza de besos, para ver si al menos uno te llega al corazón. ¿Lo sentiste? Sí, papá es un jodón bárbaro. Es el que a veces me hace cosquillas para que te lleguen a vos. O te habla. Decime que lo escuchaste alguna de esas tantas veces donde, apoyado en mis piernas, te dedicó extensos monólogos con las palabras más dulces del planeta y los ojos llenos de lágrimas por salir.
Aunque a veces no hable con vos de esa manera, siempre está hablando de vos. Es de lo más común ver cualquier cosa en la tele y que de la nada salte y diga cosas como: "quiero que la cuna sea blanca", "ya quiero saber si es Julieta o Ciro", "las primeras vacaciones van a ser en xxxxxx y vamos a ir a una pileta y le voy a comprar unos de esos salvavidas con formas como autitos y vamos a estar los tres en el agua".
En ocasiones, papá se inspira demasiado e inventa canciones en el momento. Para vos, obvio. A veces un poquito para mí. Hasta de esas cosas está pendiente: de mimarme a mí también. Anoche antes de dormir, me dijo: "Es un momento tan feliz el que estamos viviendo..." No hay palabras.
Ya tenemos fecha para volver a verte. El 10/09 se develará el misterio, por fin sabremos lo que vos ya sabés. Si sos Ciro o Julieta. No hay alegría más grande en mi vida que esos pequeños gigantes contactos tuyos. Cada ecografía, cada latido, cada burbujita cuando te movés... son una caricia al alma. Son más, mucho más de lo que alguna vez soñé. Y cuando nos miremos las caras...
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